domingo, 5 de noviembre de 2017

Entre las estrellas- Between The Bars- Elliott Smith


Entre las estrellas

Tuve una oferta  irrechazable. Elena había  bajado del  segundo piso y entró en mi despacho  con un ímpetu insospechado, propio de una ilusión que había llegado por sorpresa.
Irremediablemente emocionada ( lo que  la  hacía particularmente bella)  me  explicó que  Julia, su mejor  amiga, le acababa de  regalar un  fin de semana  en una  casa  rural de la Cerdaña.  Aunque  nerviosa, jamás perdió aquella sensualidad que tanto me gustaba  cuando separaba  la melena  rubia de  su frente. Me preguntó si quería ir con ella.
Me inquirió de que no tenía demasiado tiempo para decidirme ya que  Julia  había tenido el infinito buen gusto de  no obsequiarla con  una  de aquellas  cajas  horteras ,  con libros, fotos y ofertas… propia de la  gente que no se  curra los  regalos. El viernes  nos esperan a las seis de la  tarde  en la  fonda de  Can Martinet.
Las perspectivas eran inmejorables. Dos adultos con sus compromisos bien distribuidos, la cartera llena, la soledad incierta y las exigencias siempre superficiales.
Cambiaría el traje  por esos tejanos de  doscientos euros que nunca encuentro el momento de ponerme, esa camisa muy de marca que compré por comprar en la Roca y esa chaqueta “bomber”  azul eléctrico que pillé de oferta en Internet. Compraría el último vino recomendado por la Vanguardia y el foie que me recomendase María, mi dependienta-gurú delicatessen de l´Eixample.
Elena se depilaría las piernas y lo que no son las piernas. No iría a la peluquería por no parecer pretenciosa. Escogería bragas  y sujetadores de riguroso conjunto y habría decidido chupársela si la regla tenía la mala leche de avanzarse tres días.
La primera  noche, cena, chimenea y polvo.  Una primera  mañana con un desayuno interminable, un paseo, un  restaurante,  una siesta, una visita fugaz a las Iglesias Románicas de la zona. Nos acabamos el vino, el  foie y volvimos a follar.
El domingo amaneció correcto. Me desvelé  y  compré croissants y periódicos. Nos mirábamos mientras levantábamos las tazas de café con leche. Sonrisa indulgente.
¿ Se habrá  fijado en ese  grano que me va creciendo detrás de la oreja? Creo que es cáncer. Yo estoy muy preocupado. ¿ Lo estará ella?
No puedo pretender  nada más de lo que yo doy, que es  un “nada” disfrazado de un buen rato. Las intersecciones que se dan mutuamente vida se difuminan. Las líneas  paralelas son las  absolutas vencedoras.

Tercera mordedura al croissant. Le cojo la mano y las miradas se dan las gracias. Elena se  duerme después del segundo túnel.
¿ Para qué darnos una oportunidad si  ya le  he visto las tetas?  Me invade una incómoda pereza. Pienso en la  agenda de mañana, en todos esos grandes objetivos. Empieza el partido . Elena ya  ha desaparecido.





Entre las estrellas

Bebe nena, quédate despierta toda la noche
Con las cosas que pudieras hacer
Que no harás , pero que deberías hacerlas
Nunca verás el potencial que tú tienes
Las promesas que harás sólo por hacer
Bebe conmigo ahora
Y olvida por completo la presión de los días
Haz lo que digo y yo te haré estar bien
Y llévate lejos esas imágenes
atascadas en tu cabeza
La persona que fuiste
Y que no quieres cerca nunca más
Esa que te empuja y arrastra
y que no se doblegará a tu voluntad
Aún así me la quedaré para mí


Bebe nena, mira las estrellas
Te besaré de nuevo, entre las estrellas
Donde te veo allí, con tus manos al aire
 Esperando finalmente ser atrapada
Bebe una vez más y te haré mía
Te mantendré apartada,
 en lo profundo de mi corazón
Separada del resto, dónde me gustas más
Y donde guardo las cosas que olvidaste
La persona que fuiste
Y que  no quieres cerca nunca más
Esa que te empuja y arrastra
 y no se doblegará a tu voluntad

Aún así me la quedaré para mí

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