Orgullosa , puso su foto de perfil en el teléfono. Costaba  dilucidar si se trataba de un trofeo o de una  rendición-. Ni ella  misma  lo sabía.
Pero a  un cazador no  hay que darle praderas  demasiado  diáfanas  y, enseguida que lo vio, dibujó una sonrisa distorsionada y  maquiavélica. 
La llamó para decirle  que la  quería. Le mintió. En  verdad  le dijo que  ya  la  tenía.
Sus tetas se convitieron en un almacén  barato  donde  sólo iría  para repostar. 
Relamiéndose  en  su entrega , el cazador se  aprestó a  subirse en  su caballo, listo para  perseguir a  todo aquello que huía de él.
Él tiene  las  riendas
Una bebida
más esta noche mientras tu semental gris descansa
Donde él pone las riendas
Por toda la velocidad y la fuerza que os regaló
Un beso más esta noche de una chica alta y tranquila
Ella es como la gracia de la tierra
Cuando estás del  todo escondido y
domesticado
Una cosa más cansada es esa luna gris que sube al cielo.
Eso es  lo que más 
quieres del dia 
 Lo maldices todo  mientras duermes por la noche
Tenemos otro regalo para ti
 podemos encontrarte acostado
Como tu corcel con sus riendas
con nudos demasiado enredados  y
apretados
y demasiado
largos  para luchar
 
 
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