Este relato está basado en hechos absolutamente verídicos
A ti , que te amé tanto!
Quizá sea mejor así. Que la distancia se alíe con el tiempo y castre impunemente el deseo de volverte a tener, frágil y escurridiza, rindiéndote en mi mano, entregándote a tu suerte, que era solamente la mía.
Fui afortunado entonces, aunque mis ansias te menospreciaron. No fue mi intención, lo juro.
Aún recuerdo la primera vez que te trajeron a mi. Como siempre ocurre, las cosas buenas , vienen por casualidad . Yo era demasiado joven , y tu, también.
Mi hermana siempre se entrometía entre nosotros. ¿Te acuerdas de sus mofletes , de sus trenzas alicatadas, y de su cara de permanente cabreo contra el mundo? Ella está bien, ahora es madre y está demasiado ocupada como para revivir los amoríos que fueron. No obstante, cuando ha sabido que te iba a escribir me ha dicho que te envíe un beso. Dátelo por enviado.
Por un estúpido y ridículo y sentido orgullo he ido diciendo a mis íntimos que fui yo quien te dejó. Con aspavientos cuasi-mesiánicos he proclamado las virtudes de lo que llaman correcto, que no es más que la rabieta de los frustrados que no se atrevieron a pedir tu beso, negro, blanco y sutilmente ruborizado.
Aunque lo niegues yo se que fuiste tu la que te apartaste de mi lado. Por qué me querías. Y cuando uno quiere hace cosas que no quiere. No hay que dar más vueltas al asunto, pero que sepas que me dí cuenta.
Lo que realmente me humillaron fueron las formas. ¿ Cómo se te ocurrió liarte con mi hijo mayor? Eso estuvo feo, muy feo. Tuve que amenazarlo , abusar de mi autoridad y ser absolutamente descortés con su inocencia. A los buenos se les jode siempre…
Pero el tío aprendió rápido. El rastro de tu sabor en su boca valía la pena.- Buscó aliados y entre todos tejimos una trama de inconfesable reputación. Te mentimos, te arrojamos al frío helado sin escarcha, te escondimos, subestimamos tu dignidad, te hicimos nuestra en horas insultantemente intempestivas, sin ninguna consideración , sin preguntarte si te venía bien.
Cuando te fuiste supe inmediatamente lo que había perdido. Mi hijo es joven y encontrará a otra, a muchas otras le deseo. A su edad, las tentaciones no causan desperfectos. En la mía, son los desperfectos lo que nos incitan a las tentaciones, y aunque sepamos que las consecuencias son irrecuperables, si restamos en perspectiva lo que nos queda, en el fondo, nos importa un pepino. Lo que ocurre es que mis cálculos de probabilidad son inversamente proporcionales a los suyos.
Te preguntarás : ¿porqué ahora?. No quiero irrumpir en tu vida, simplemente recordar lo buena que fue la mía. El otro día te vi, detrás de un cristal lo insuficientemente translúcido para que no me reconocieras. Eso es lo que quiero pensar, porque quizás ya ni me recuerdas.
Si hubiese tenido valor te habría abordado elegante , encantador y con ese puntillo de embaucador que me dan los años. Una burda y patética estrategia para suplicar que me perdones, a ti que te amé tanto.
Prometo que nunca más te esconderé debajo de las mandarinas, detrás del chopped, que nunca más volveré a llamarte Bonifacia sólo para ver lo guapa que te pones cuando te cabreas.
Nunca te pregunté (ni me importó) si en verdad eras hombre o mujer. Para mi siempre serás simplemente Bony, mi afrodita negra con lunas de sangre, mermelada y nata, el único amor al que pude morder sin que me pegasen
La intriga fins la darrera paraula. Ets genial.
ResponderEliminarFeia dies que no em passejava pel teu bloc, he tingut moltes cabories que m'han distret de fer el que per mi, es habitual.
Un petó