lunes, 11 de septiembre de 2017

GREGARIOS Y SERVILES

“ Y me  metes  tu mierda en el  hocico , a los ignorantes y a los corrompidos, a los gregarios  y a los serviles, a los que has dormido con  tele  mala  y con ansiolíticos, para quitarnos lo poco que hemos conseguido “

( extracto de la canción ISLAMABAD  de LOS PLANETAS)




GREGARIOS Y SERVILES


Hace tiempo que no uso cucharilla para el café.  Añoro esa inercia sin sentido, unas cuantas vueltas a voluntad y ese final absurdo y magnífico de aprendiz de campanero.

Quiero tomarme  el  tercero de la mañana . No puedo redondearlo con ese doble tic-tic en el  borde de la  taza. La serenidad se impone  a esos sentimientos zombis que se amontonan a las puertas de mi mente. Compañero, ya sabes lo que  pasa  cuando los  dejas entrar. No hay ninguna duda de que  el  tercero debe ser descafeinado. Sin darme cuenta he empezado a escribir.

Leo en la  Tablet de que Guillermo del Toro  ha  ganado en León de Oro a la mejor película  en el último Festival de Cine de  Venecia. Medio sonrio. Le sigo desde la primera parte de  Hellboy  y no puedo   evitar de que me caiga bien. Esa idea de que un demonio  sea “ el bueno” es paranoicamente coherente. Los ángeles nunca  hacen  nada por nadie. Sólo observan, juzgan y amenazan desde ese  cielo que ningún sensato ha visto  jamás. Quien no se  moja no se equivoca. Joder ( pienso) alguien tiene que  hacerlo….

Encuentro algo de  debilidad en mis  argumentos. Sé que  tengo la razón pero es muy fácil rebatirme. Todos con  cascos y escudos, cómodos en su papel de gregarios  y serviles, siempre desde la  barrera, amparados por la ley, cada uno de ellos bendecido  y a la  vez atemorizado  por  sus respectivos y particulares  Dioses.

Ningún atisbo de  rebelión. Me siento desprotegido. Mi única esperanza  es seguir  escribiendo y ser descubierto un día por alguien ( aunque sea uno solo)  y que éste me adscriba, con dignidad y respeto, sin ningún  tipo de ampulosidad ni aspaviento, en el invisible ejército de los  valientes.

Ayer insistí a mi hijo  mayor  que la cultura es la única arma que  puede protegernos de cualquier  tipo de  violencia y la única que nos puede enseñar a no usarla. No le expliqué  que también puede  resultar mortalmente  aburrida y que  tampoco es muy recomendable  convertirse en el hijo único de Pessoa. Debe saber identificar los motivos y también esconderlos, formar parte del juego, y sobre todo , jugar….

El descafeinado no me ha hecho ni cosquillas. Le echo la  culpa de mi inconsistencia para ocultar la  verdad. Soy un irremediable  gandul.

Recurro a  Oscar Wilde para que mi  tercera dosis de cafeína tenga alguna excusa válida. Decía el  genio irlandés que “ las tentaciones se han creado  para  caer en ellas”

Mientras dudo  me asaltan las frases como  si  fueran un último suspiro de lucidez. Escojo ésta: “La diferencia entre los vivos y los inadvertidos es que los primeros intentan gestionar, como pueden, las consecuencias de lo que todos los otros llaman pecados. Los segundos son unos putos y simples mirones.

Al final he decidido no  tomarme el  café. He quedado satisfecho con el último párrafo y debo dejarlo aquí.


Queda por escribir la esperanza de que  alguien haga por mi cualquier cosa sin  haber que pedírselo. Esa es la parte más desconocida y egoísta de mi mismo,  un ludópata de los  sentimientos que , únicamente por  y para ellos, necesitará siempre seguir escribiendo.





1 comentario:

  1. Como iría de bien el mundo si tu hijo mayor junto con todos los hijos mayores que existen, entendieran que la cultura nos puede llegar a proteger de la violencia y de muchas otras cosas. Puede ser aburrida pero esta aburrimiento puede producir un gran placer. Adelante con tu ganduleria, que sea por muchos años que te permita escribir estos razonamientos

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