EPÍLOGO I ( AMIR)
Voy perdiendo
fuelle hacia el
final. Debo estar muy
cansado. No recuerdo lo que me han dicho mis hijos antes de acostarse. Sólo me ha quedado la imagen de un susurro con los ojos
caídos. Me asusta darles miedo.
Mañana intentaré
no hacer mucho ruido cuando levante la
persiana. Mi amigo Chen me dio un aceite que debería probar. No hay ningún
chino generoso. Los regalos siempre
van a cuenta de futuros
favores.
No es
políticamente correcto, pero que se jodan. Este es tu
sueño y estoy seguro de que
estarás de acuerdo conmigo.
Tenemos una
conversación pendiente . Mis ensaladas
son más baratas y de mejor calidad. Me las impone
la franquicia y no puedo manipular el precio. Los muy cabrones
lo ponen en el mismo
envase y es prácticamente imposible de borrar.
Me cuesta acostumbrarme
a que nadie me
regatee el precio. Vengo de un país
donde
hasta las propias vidas se negocian, donde los padres ven a sus hijos
como una inversión que les
dará beneficios . Son distintas
capas al mismo amor con el que nacemos . A
algunos se os olvida. Otros lo vendemos.
Tampoco me
gusto como soy. ¿ Sabes que
me encanta bailar
swing? Los que somos altos,
delgados y con la maquinaria un poco
desmanejada resultamos muy graciosos.
Parecemos marionetas con un índice
tan alto de patosidad que hace
imposible no descojonarse de risa.
A veces, cuando
acabo de comer, el curry me
desata en la trastienda. Deberías
verme.
En fin, ojalá que vientos de
jazmín te acolcharan. Los recuerdo
vagamente , antes del vertedero.
Es una lástima que no
nos quieran unidos. Estoy seguro que podríamos
sorprendernos el uno al otro.
EPILOGO II ( MAMÁ)
Felices sueños
mi niña. Haces los mismos pucheros
con los morros que cuando eras
bebé. Hubiese regalado media vida por
saber quien era el destinatario de
esos proyectos de besos inyectados de una ternura desvalida y
temerosa que necesitaba algo y que nunca descubrí lo que era.
Tu padre ronca como si
desgarrara rocas desde las mismas profundidades del averno- La despreocupación
lo ampara. Nunca fue muy listo. Me casé
con el tonto de la cuadrilla.
A veces rezo a
Dios para que no exista, que se
olvide de mi, que no quiero presentarme ante
él y decirle delante de todos
los muertos de la eternidad que
tu padre fue un cornudo durante más de
treinta años. Lo sentiría por él
La venganza debe ser
un instinto innato, lo que
le impide ser premeditado.
Supe enseguida de los deslices de
tu padre en la faena ( ya te he
dicho que era el tonto del grupo). Tambien te puedo asegurar que
fueron sólo cinco polvos porque la
fanfarronería pierde su encanto cuando la
descubres. Ni sus amantes lo
aguantaban.
Y el despecho me llevó
al pecado, y el pecado me gustó. Tú eras la dosis justa y necesaria de mi amor y, en cierta manera, me permitiste llevar a cabo todos
mis vicios, con muchos
nombres, con muchos sitios,
con el riesgo como la parte esencial de la diversión.
Cuando debía cumplir
con tu padre me untaba el coño con
aceite de almendra y sacaba todo
mi repertorio de gritos
y gemidos, una soprano sofocada y con
aspavientos de loca descontrolada. Era muy, muy divertido.
Algunas veces, incluso me gustaba.
Estamos en el
epílogo y no pienso pedirte perdón
por nada. Sólo hay un consejo que no me
atrevo a darte si no es
en tu sueño.
Deja las putas
teorías y aprende a sentir. Y cuando hayas aprendido a sentir aprende
a que no te importe si lo que
sientes es legal o no.
EPÍLOGO III ( HANK)
Debo ser el más
breve de los tres. La inspiración es un regate
en corto que debe dejar sentado a lo previsible.
Nunca me hubiera imaginado poner
flautas a una canción, y que
una canción tan triste me hiciera bailar
tanto.
Las paradojas nos hacen
interesantes, los cambios son los
ejes de cualquier honestidad que se
precie.
Me llamo Hank
Williams y me mató un dolor de espalda a los 29
años. Me ha encantado bailar contigo, pero no te flipes
que tampoco ha sido tan mágico.
Como mi amigo Robert Johnson hubiera
vendido mi alma al diablo
por escribir la canción “The boy with the arab Strap” de los
Belle & Sebastian .
Y aunque Stuart Murdoch jura y perjura que no sabía
que una “ arab Strap” era una correa para la polla, para mi es un auténtico
privilegio terminar esta jodida cuarentena con sus versos.
Ya me despertaré algún día….
“
Necesitas centrarte.
Presumes de ser lascivo
y obsceno con tu liberal forma de ser.
pero todos sabemos que eres un tipo dulce.
Todos te hemos visto bailar….”
(
Belle & Sebatian- The boy with the arab Strap”
THE
BOY WITH THE ARAB STRAP
o
un dolar, en ésta vieja ciudad.
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