IV.-
Cuarenta
y tres correos electrónicos y un pijama de lunas y estrellas. La crema hidratante
tiene la culpa de esta pereza .
La habitación aún no se ha calentado
y resquicios de invierno se resisten a irse dumiendo. Todo huele a
limpio y fresco.
La
soledad ya no perturba como antes. Llega un momento en que cualquier cosa
que signifique salir entraña un peligro.
Debe
asegurarse de que no se den cuenta de
nada. Debe ser discreta y formal, alegre cuando se requiera. Ha de pertenecer a infinidad de
grupos de Whatsapp , ha de pintar
viajes y vacaciones en Instagram, ha de
seguir a imbéciles y niñatos en youtube, y ha de creer tener amigos en Facebook. No se puede dejar margen a que alguien le
pregunte cómo está.
No
viene de diez minutos empezar y baja la
tapa del portátil. Cierra los ojos y
enciende el interruptor de sus
secretos. Se suceden las imágenes
y son sus propias sensaciones las que las ven descartando, una a una. Empieza a angustiarse. En el fondo no quiere llegar a las que más les gustan.
Pero
el día debe empezar perfecto y se
detiene en un sofá. Él está sentado un
borde y ella apoyada
en su costado con las
piernas ocupando las dos
plazas que quedan libres. Él
tiene en su mano derecha el mando
del televisor. Ella le
habla de traiciones y trepas. Los
juzga , los sentencia y los ejecuta en su misma rabia. Él deja el mando , se inclina
levemente, y se acomoda los dos brazos para que ambos estén más cómodos. Le ordena que se
calle a cambio de un leve roce de dedos recorriendo
entera la curva del cuello. Ella cree que él ya ha elegido un premio por su atención pero va tan
necesitada de cariño que está dispuesta
a dárselo. Se duerme y recuerda
perfectamente cómo se levanta del sofá
sosteniendo su cabeza en una mano, mientras con la otra habilita
un cojín. La tapa con la manta
donde se caen las palomitas los domingos
y
la deja tranquila. Se oye como trastea torpe en la cocina. Al cabo de un rato
el comedor empieza a oler a pizza.
Pero
esa noche nadie le pidió un premio. Y ahora, en ese recuerdo
y en el breve resquicio de invierno en sus dedos, empieza a tocarse
los pechos. Estalla sublime el placer, pero enseguida la metralla alcanza a la
tristeza de todos los momentos que se han dejado
pasar, por pereza, por orgullo, por confundir precio con deseo y, sobretodo, por la falta de coincidencias .
LAS COLINAS
( The Hills-Leonard Cohen)
No puedo subir a las colinas
El sistema está agotado
Estoy viviendo de pastillas
Lo cual se lo agradezco a Dios
El sistema está agotado
Estoy viviendo de pastillas
Lo cual se lo agradezco a Dios
Mi animal aulla
Mi ángel está molesto
Pero no se me permite
Ni una
sola queja.
Porque alguien usará
todo lo que yo no pude ser
Mi corazón será
suyo
Aunque sea de forma impersonal
Ella caminará por mi camino
Ella verá lo que quiero decir
Todos mis deseos cortados por la mitad
Y la libertad en medio
En menos de un segundo
Nuestras vidas chocarán
La eternidad quedará suspendida
y la puerta abierta de par en par
Nuestras vidas chocarán
La eternidad quedará suspendida
y la puerta abierta de par en par
Y ella nacerá
A alguien como tu
Lo que dejé sin hacer
Ella ciertamente lo hará
A alguien como tu
Lo que dejé sin hacer
Ella ciertamente lo hará
Sé que ella viene
Y sé que ella mirará
Y ese es el anhelo
Y este es el anzuelo
No puedo subir a las colinas
El sistema está agotado
Estoy viviendo de pastillas
Lo cual se lo agradezco a Dios
Mi página era demasiado blanca
Mi tinta era muy delgada
El día no escribiría
Lo que la noche dejó anotado
Pero sé que ella viene
Y sé que ella mirará
Y ese es el anhelo
Y este es el anzuelo
(Sé que ella viene)
Y sé que ella mirará
(Ese es el anhelo)
Y este es el anzuelo
No puedo subir a las colinas
El sistema está agotado
Estoy viviendo de pastillas
Lo cual se lo agradezco a Dios
El sistema está agotado
Estoy viviendo de pastillas
Lo cual se lo agradezco a Dios
Navegué como un cisne
Me hundí como una roca
Pero hace ya mucho tiempo
Que ya no tengo sentido del ridículo
No puedo subir a las colinas
El sistema está agotado
Estoy viviendo de pastillas
Lo cual se lo agradezco a Dios
El sistema está agotado
Estoy viviendo de pastillas
Lo cual se lo agradezco a Dios
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