I.-
Sabía que en dos semanas no se quitaría ese pijama negro de estrellas y lunas . Supuso que alguien se
lo habría regalado en alguna Navidad antigua. Se
entristeció cuando no recordó quién había sido. Lo acarició, y el placer se convirtió inmediatamente
en timidez. Le dio vergüenza admitir que le había
encantado conocerlo. Hasta
entonces coleccionaba nombres
y números de teléfono que usaba
y abusaba según los necesitare.
Los peones de lo cotidiano no tienen nombre. No son nadie si no los acaricias.
Las mangas del pijama
eran lo suficientemente anchas
para que el frío se diese un buen paseo por sus brazos. En otras
circunstancias hubiese corrido a ponerse la
bata, restregarse los
ojos para sacarse las legañas, ir a la cocina, preparar de memoria el
café, encender el fuego y mientras tanto, hiciese el
tiempo que hiciese, salir al
balcón a fumar su primer cigarro.
Pero el primer día de
cuarentena fue distinto. Sintió como la delicadeza se hacía necesaria. Imaginó que las sábanas deshechas eran un cuadro que la noche pintó mientras ella dormía. Aún olían a
crema hidratante cuando abrió la
ventana. El frío se reivindicó más insistente y escurridizo por sus
brazos, y en una maniobra malévola , le
insinuó que quería llegar hasta el valle de sus pechos. Reaccionó a tiempo
y se tapó antes de irse de
su habitación hacia la cocina .
Miró de
reojo a su cama y
entendió que el cuadro sólo estaba
pintado a medias. Hacía tiempo que su vida
era una vida a medias , no por dormir sola, si no por subestimar a las
caricias .
LA CANCIÓN DEL JARDÍN
Algún día viviré
En tu casa arriba en la colina
Y cuando tu vecino skinhead desaparezca
Plantaré un jardín en el patio, luego
Están pegando rosas en una cama plana
Deberías verlo
Me refiero a miles
Crecí aquí hasta que todo se incendió
Excepto las muescas y los marcos de las puertas.
No sé cuando te hiciste más alto
Mira tu reflejo en el agua
Fuera del puente en el Huntington
Salté la valla cuando tenía diecisiete años
Entonces supe
Lo que quería
Y cuando sea grande
Voy a levantar la vista de mi teléfono
y veré mi
vida
Y va a ser como
Mi sueño recurrente
Donde estoy
en el cine
No recuerdo lo que estoy viendo
La pantalla se convierte en un maremoto.
Entonces es un dormitorio
Como un laberinto de setos
Y cuando te encuentro, tocas mi pierna
E insisto
Pero me despierto antes de que lo hagamos
No sé como pero soy mas alta
Debe haber algo en el agua
Todo crece en nuestro jardín.
No tienes que saber que está embrujado
El doctor puso sus manos sobre mi hígado.
Y me dijo que
mis resentimientos
Eran cada vez
más pequeños
No, no le tengo miedo al trabajo duro
E hice todo lo que quería
Tengo todo lo que quería
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