Agarradita
a la punta de tus dedos. No la sueltes, no quiere caer primero.
Han
pasado tantas horas que alguien le dio luz al cielo.
Congelada
en ese taxi, no se mueve, no le dé por abrazarte.
Agarradita
a la punta de tus dedos. Esperará un año, siete días y dos besos,
sólo
para encontrarte y recuperar un tiempo, dos o tres, o quizás cientos.
Y le
pondrás una medalla en el corazón que pinchará, que llevará con honor.
Y le
pondrás una medalla en el corazón que pinchará, que llevará con honor.
Durmiendo
la siesta, bailando en la fiesta, nadando en el mar,
fumando
después del café, fumando después de, después de la tarde.
Cuando
se enciende la noche en el monte, cuando cruzamos mi ciudad en coche,
mientras
que suena el casset... te con su voz ronca de Jac... ques Brel.
Mirarme
en tus ojos, oírte charlar, dejar que me peines en vez de pensar,
dejarme
abrazar por cualquiera, que sepa mentirme, que bese con fuerza.
Volver
a tus brazos, sentir tu rechazo, gritar hasta quedarme afónica,
llorar
hasta que me entre la sed, beberme un buen vino
y
poderme comer un bistec a la plancha.
Dormir
cien mil horas, soñar que me quieres y no hacerme daño el pellizco,
volver
a encontrarte a mi lado, volver a abrazarte y desayunarte, esto
sí que es arte.
Cansada
de querer sin querer porque algo
habrá que hacer con la piel
aparte
de dejar que el sol se vuelva lunar en tu hombro.
Buscándote
sin llegar a verte pues si algo sabes es esconderte,
camino
sobre el cable que tu mirada tiende al infinito
y pierdo
el equilibrio, sí pierdo el equilibrio, no quedará de mí más que un
grito.
El
viento sabe lo que yo quiero, por eso se me enreda en el pelo,
se
cuela en mi cabeza para escuchar todos mis secretos.
Después
se acerca a ti y te acaricia y a mí me da un ataque de risa,
te
silba esta canción que dice que eres un cielo
pero
por ti ya no muero, este drama se acabó.
Es muy
tarde, llueve tanto que no ves el final de la calle.
Ha
nacido un río bajo mis pies, por él bajan barcos de colillas
que se
encallan en la esquina de una vieja alcantarilla.
Pero yo te espero, el jersey empapado y los dedos morados.
Pero yo te espero, el jersey empapado y los dedos morados.
Pero yo
te espero sólo por un beso de esos fríos mojados.
Es muy tarde, llueve tanto que ...
Es muy tarde, llueve tanto que ...
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