sábado, 12 de diciembre de 2015

TRES TRISTES TIGRES

“ Ella  criticaba a  su marido  por no  creer en esa idea sesentera de que la locura abría la puerta a la sabiduría” ( Hanif Kureishi- La última Palabra)


TRES TRISTES TIGRES

Hacía  ya mucho tiempo que Nacho  había dejado a las mujeres   . Lorena, en  cambio,  siguió parapetada detrás de las trincheras de la venganza, olvidándose  de los motivos y centrándose en ese ridículo y  primitivo deseo de  joder porque sí.

Tanto y tanto “los otros” lo acabaron desquiciando, haciendo de él un monigote sin sentido , con una chulería ridícula que en   verdad sólo andaba mendigando un simple gesto de  ternura, una  ternura que nunca llegaba sin un precio.

Se encerró hacia dentro, optimizando su soledad como  un tiempo necesario de  reposo   , análisis y preparación  . Estar solo no debería servir para  nada  más .

Nacho se dio cuenta de que    la sociedad  en la que    le había  tocado  vivir la podía  bautizar como la “gran batalla de los elegidos”, donde  todo se competía, donde  siempre  había  uno que  decidía  y otro al que sólo  le quedaba la posibilidad de  obedecer .

Y todo se volvió muy triste. El privilegio de decidir  siempre  lo tuvo sólo Lorena.

Nacho salió de las  catacumbas  con un rostro sereno. Había aprendido a quedarse  quieto, a esperar, a  observar, a medir el tiempo  sin  retos. Había aprendido  a ser amable consigo mismo, a no destrozarse pensando que  sólo  cabía  ganar.

La soledad   había cumplido su misión. El único  criterio  posible  tenía sólo  diecisiete  letras: “querer y ser querido”

Lorena  meneaba  la cola  exhibiendo  su cuerpo correcto y su estupenda sonrisa. Él danzó a su alrededor evocando destellos rotundos de  autoridad  y de una cierta violencia,  contenida y protectora.  Supongo que  follaron pero no sé deciros quién gano a  quién  .

De los tres tigres , Nacho siempre  era  el triste… O eso  fue lo que los muy imbéciles se  creyeron




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