lunes, 6 de agosto de 2018

UN CUENTO APROPIADO.- LO QUE ÉL ESCRUBIÓ-LAURA MARLING

UN CUENTO APROPIADO


Se apresuró para esconderme su desconcierto. Lo intuí enseguida.  Cientos de miles de escudos formaron  inmóviles e implacables  delante de  su  sonrisa. ¿ Qué podía hacer para que esos valientes centuriones me abrieran paso?

A mi se  me  había    pasado el  furor franciscano para intentar cobijarla  y protegerla. Aunque era  verdad  que   ya habían desaparecido los deseos de  conquista, nunca se deben menospreciar  a  los deseos  que sospechamos , porque acostumbran a  ser  ciertos… Fui prudente  y , con mucho esfuerzo, logré   abandonarlos a  todos, quedarme  frente a ella en pelota moral picada, que es como más  me  gusto a mi mismo , esperando  que del mismo modo  le gustara a ella.

Tantos preparativos hicieron que nuestro  saludo llegara  tres  segundos  después de esos dos mejillazos , de esas  tentativas de beso que  malgastamos en el  viento.

Me explicó muchas  cosas, que   hacía   “mindfulness” , que  corría  y que se corría, que  la  tensión le  había arqueado  para arriba  sus  cejas, y que  allí las  había fijado, haciendo  más  largo el sendero hacia sus  ojos parlanchines . Quien  no la conociera como  yo se hubiera asustado, y en su   retirada se distinguiría  perfectamente su lamento: ¡ No, por Dios! ¡ Otra  loca no , por  favor!.....

Repasamos  nuestra  historia  reciente en una  versión apta para menores  . Hicimos de periodistas  de  nuestra  vidas para  crear  el contexto  adecuado para que alguno de los  dos   fuera el primero que dijese;  ¿ Estás bien?

Le contesté que sí  y me  creyó. Estéticamente   estaba  acabado,  mi barriga  parecía  un cruce de vías de tren con forma de  cicatriz que  cruzaban montes descompensados , un paisaje demasiado desolado para que se extienda más allá de estas tres líneas.

Pero  había ganado en perspectiva. Ahora   me gustaba   más acompañar  a mis amigos que   ganarlos . Tener  la  razón   ya  no era el propósito si no  la  anécdota .

La  formación de  centuriones se  dispersó y la tranquilidad se adueñó del   tiempo. Nuestras sonrisas  jugaban  desenfadadamente entre ellas  como si  estuvieran en la hora  del  recreo, y cuando descansaban lo  hacían   satisfechas .

Sentirnos a  gusto entre  nosotros, darle  lo que  tenía  y que me diese lo que quisiera  era lo más cerca de la libertad   que había estado nunca




 Lo que él  escribió
( What he wrote-Laura Marling)


Perdóname Hera (diosa del matrimonio)
No puedo quedarme más.
Él ha cortado mi lengua.
No hay nada que se pueda salvar.

Ámame oh señor mío!
Él me envió  a la mierda
y se rió de mis pecados.
En sus brazos me tengo que quedar.
Él escribió: Estoy roto. Por favor, ven a buscarme.
Pero yo estoy rota en dos, y comprometida,
por favor no me tientes.

Ella tiene la piel muy blanca
y yo soy ligera como el sol,
la luz sagrada brilla
en todas las cosas que has hecho.
Así que le pregunté:

¿Cómo te convertiste en esta clase de hombre?
¿Cómo aprendiste a sostener la fruta en sus manos?
¿ y de dónde venía el corderito que te dio el nombre?

Él me dejó aunque yo le supliqué que se quedara ...
Me dejó sola cuando necesitaba la luz,
caí de rodillas y lloré por mi vida.
Si él se hubiera quedado (Deberías entender-lo)
Si él se hubiera quedado
tú nunca habrías podido coger mi mano.


Él escribió: Estoy hecho polvo.
Por favor: venme a buscar
Pero yo estoy rota en dos, y comprometida,
por favor no me tientes.

¿Y de donde venía el corderito que te dio el nombre?
Él me dejó aunque yo le supliqué que se quedara ...
Supliqué que se quedara con mi frialdad de madera,
supliqué que se quedara junto a las luces de su barco.
Yo, luchando contra él.
Yo, luchando contra la vida.
Yo, luchando contra amanecer.
Entonces las olas vinieron,
me lo robaron y se lo llevaron a la guerra.


Él escribió: Estoy roto.
Por favor, ven a buscarme.
Pero yo estoy rota en dos, y comprometida,
por favor no me tientes.

Perdóname Hera (diosa del matrimonio)
No puedo quedarme más.
Él ha cortado mi lengua.
No hay nada que se pueda salvar.

Ámame oh señor mío!
Él me envió  a la mierda
y se rió de mis pecados.
En sus brazos me tengo que quedar.
Ambos escribimos: Esto está bien.
Pero yo echo de menos su olor.
ahora hablamos
y acabamos diciendo que esto nos conviene,
que nos conviene a los dos.
Que me conviene sólo a mí.





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